Desde hace unos años, más concretamente desde mediados del año 2019, toda empresa tiene la obligación de que sus empleados fichen y así reflejar cual es la jornada laboral de los mismos. Es decir, que ahora es obligatorio establecer un control horario de entrada y salida del puesto de trabajo o del inicio y final de la jornada laboral en los casos de teletrabajo.

Así, desde que saliera a la luz el decreto ley de 1 de marzo de 2019, las empresas tienen que contabilizar las horas totales trabajadas y cómo ha sido su reparto a lo largo de la jornada laboral. Todo ello a partir del mes de mayo.

El objetivo de este control horario es más que evidente, se busca que no se cometan fraudes y abusos laborales en lo que respecta a la compensación de las horas extra realizadas.

Este decreto no establece solo dicha obligatoriedad, independientemente del tipo de jornada que tenga el empleado. También hace hincapié en el hecho de que la empresa tiene que mantener los registros horarios de cada uno de los trabajadores durante un período mínimo de 4 años, siendo siempre disponible para empleados y sindicatos.

¿Cómo “fichar” para llevar un adecuado control horario?

Hay muchos métodos para poder fichar y así mantener un control horario adecuado. Algunos de estos métodos son tradicionales, mientras que las nuevas tecnologías permiten ser mucho más exactos en dicho control.

Así, cuando antes se realizaban los controles horarios, se utilizaban tablas en papel para apuntar los registros. Una práctica muy habitual en jornadas partidas y jornadas reducidas y que hoy es un sistema de lo más obsoleto.

En contrapartida, si nos centramos en la implementación de las nuevas tecnologías, está claro que el auge del teletrabajo ha obligado a numerosas empresas a instaurar sistemas de registros en remoto. En este sentido, el control se produce a través de programas de software o paneles de control en la nube que cada empleado tiene que activar y desactivar durante su trabajo en casa.

¿Y qué hay de los trabajos que requieren de un registro presencial? Tanto en fábricas, comercios o en algunas oficinas, la presencia de los empleados en el trabajo es lógica y habitual.

En este sentido, la mejor solución es instalar un sistema de control de acceso en la empresa. El control de acceso puede ser a través de tarjeta, móvil o de huella dactilar, la cual vuelca los datos de todos los registros en un programa. Este tipo de sistemas son también ideales para garantizar la seguridad de los empleados, en el caso de que suja algún problema.

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Multas por el Incumplimiento del Control de Horarios

Por supuesto, el incumplimiento de la ley puede suponer sanciones económicas para la empresa.

Por ejemplo, el hecho de no comunicar a trabajadores sobre sus condiciones laborales con respecto al horario o los pertinentes informes de registro pueden suponer multas de hasta 625 euros.

De la misma manera, si se detectan irregularidades en dicho registro horario se puede incurrir en una infracción grave, más aún si se detecta que se han realizado horas extras y que no han sido retribuidas. En este caso, la multa puede ascender a 6.250 euros.

Si se repiten impagos por las horas extras o si las horas extra no retribuidas son para trabajadores menores de 18 años, la infracción pasa a considerarse muy grave y pueden suponer hasta 187.515 euros de multa.

Como puedes ver, el control de horario no solo es importante para poder medir la eficiencia y productividad de los empleados, hoy por hoy es una obligación.